Las tentaciones de Enrique

Este frente, en la desembocadura del callejón, es la zona más fresca en tiempo de canícula, que no es el caso todavía, pero ya empieza a aceptarse con agrado.

Han irrumpido también los langostinos del Mar Menor, con un tamaño algo mayor de lo que es usual.

Javier me ha presentado a estos amigos, grandes entusiastas del Arroz bogavante, que -gentiles ellos- siempre encuentran muy bueno. Su buena nota nos obliga siempre a estar muy atentos para no fallar.

Juan Guillamón, de quién leemos siempre sus colaboraciones en La Verdad, nos ha visitado y, amable él, ha publicado una bonita foto del Paseo en Twitter, lo cual siempre es de agradecer.

La vitrina está siempre dispuesta,

aunque los Stockmans, nuestros amigos belgas -bueno, ya son medio cabopaleros- prefieren sus gambitas al ajillo, calentitas, ricas y con su toque de ajo y guindilla. No toman vino, por aquello de que tiene que regresar a La Manga en el automóvil. La única licencia será quizá el asiático para él y un chispín de moscatel con los rollitos para ella.

Barco va, barco viene, la semana va pasando.

La quisquilla y los salmonetes triunfan y se exhiben, para tentar a los Amigos de La Tana.

Amigos que, para esta ocasión, seleccionaron unas cigalitas.
Después de tantos años de visitarnos, les gusta probar siempre el arroz de la casa, con un pequeño pique para entretener la espera.

Nuestro amigo Enrique nos ha sorprendido con un par de botellas para catar. Sabe que, si de entrada no gusta el producto a la dirección, no entra.

Naia, es un verdejo estupendo, que con los langostinos de Mar Menor, pasa divino.

Pero la sorpresa nos la dio el PARADA DE ATAUTA, con 14,5% vol., Ribera crianza, que es una maravilla en boca.

¡94 puntos en la Guía Peñín!

Pero Dionisio nos tiene advertidos de que, más de 10 € por botella, no entra.

Javier y yo, hemos tomado nota para, si se nos presenta la ocasión, y con viento a favor, pues eso...