Nuestro
amigo Antonio, le vemos atendiendo a
los visitantes con cariño -quizá con la silueta algo más fina por aquello de la crisis-, nos
ha conseguido las fotos nocturnas de
la llegada de los Reyes Magos a Cabo
de Palos. A mí me resulta imposible, pues me acuesto a la puesta del sol, como
las gallinas.
Foto
de Antonio Ortuño
La
estrella que guía a los Magos cumplió su misión y
Foto
de Antonio Ortuño
el
barco con los Reyes entra en el Puerto.
Foto
de Antonio Ortuño
Desembarcaron y
repartieron juguetes y cariño a la gente menuda.
Foto
de Antonio Ortuño
Los
niños y sus papás les despiden y se dan cita para el próximo año.
Al
parecer, el barco con la estrella
dejó la señal en verde y otros
entran también para descubrir el territorio.
Los
pesqueros locales ya conocían el camino,
pero a la derecha descubrimos navegantes sin barco que también,
seguramente atraídos por la estrella, nos han visitado.
Hemos
visto barcos, canoas, en otra ocasión motos,
y hoy vemos también tablas -que no iPad-
que parece ponen rumbo a Oran, que
pilla en frente.
O
quizá se conforman con llegar al Islote
de los Punchosos.
Las
vitrinas nos ha quedado provistas
y
a nosotros, no es que nos hayan dejado carbón,
¡son mejillones! y muy ricos.
Además,
de Sotillo de la Adrada, nos han
llegado, directo de
estos
magníficos "delicatessen"
que, con un copita de Oporto o Pedro Ximénez nos ayudaran a subir la
cuesta.
Amigos de La Tana, el Paseo de La Barra ¡es una
maravilla!
Hola Sebastián:
ResponderEliminarNo hay duda de que el Paseo de La Barra es una maravilla, ! hasta los Reyes Magos arribaron cargados de regalos !
Felicidades por la celebración de los cinco años del Blog, con sus noticias, comentarios y fotografías. Deseo que sean muchos más, en los que semana tras semana nos enseñes, a través del ordenador, la vida que transcurre alrededor del Paseo de La Barra.
Un saludo.
Pablo
Guadalajara
Amigo Pablo:
ResponderEliminarTe agradezco la visita y tus buenos deseos.
Confiamos en no defraudarte con nuestras fotos que, en ocasiones son mejores y otras peores, pero siempre con buen ánimo.
Un saludo,
Sebastián Damunt