Desde El Paseo de La Barra, el sábado pasado, a las 9:41.
Últimos días de
septiembre, mañanas luminosas y
ambiente tranquilo.
Bartolo
ha conseguido algunas gallinetas que Dionisio
ha situado en la vitrina.
Nos han visitado amigos y al entrar, subyugados por
el rojo gallinero, no han podido resistir la tentación:
-¡Esta! -han exclamado.
Y ¡Esta!, está ya dispuesta.
Rápido paso por “el taller”, y…
Dispuesta y en la mesa. ¡Bon appetit!
Los Amigos de La Tana, que probaron el “arrocito”, nos mandan un saludo… ¡Chin, chin!
Muestra austera de los
aperitivos de esta semana. Alternamos calamares
fritos a la andaluza y calamares
en su tinta. Más sabrosos con tinta, pero finos y delicados los fritos. ¡No se
puede estar sopando pan todos los días! Hay que refrescar el paladar.
Tomate,
bonito salado y aceitunas amargas. Estas últimas semanas y
según Javier, que es un experto,
parece ser que no terminamos de encontrar el punto de los tomates. El bonito, fino y sabrosón, casa bien con el tomate y las
aceitunas –astringentes-, con una o dos vamos bien.
Juan
Miguel –gran entusiasta del blog- ha disfrutado del arroz y ha sabido apreciar el delicado sabor de los trocitos de
dorada –del Mar Menor- que acompañaban.
Amigo Juan Miguel,
¡esperamos tu comentario!
Tome la foto sin pensar,
pero ahora me doy cuenta de que el yate –se detuvo a tiempo y dio marcha atrás-
está a pocos centímetros de encallar
en la roca.
¡Buen viaje!
Al buscar un nombre para
esta entrada, en la que el elemento más destacado es la “gallineta”, he recordado que Capel, en
su blog del El País, señala –muy acertadamente- Le Poulet du dimanche de nuestro admirado Christophe, que en
La Bomba Bistrot, ha
desarrollado todo un complejo sistema para preparar el pollo.
Amigo Sebastián, gracias por retratarnos deleitándonos con el caldero. Como siempre "boccato di cardinale"... Ya me queda la duda de cómo habría acompañado al plato esas rojísimas gallinetas... Mil gracias por todo y hasta la próxima, amigos. Qué placer aparecer en este admirado blog... ¡Que os aproveche siempre!
ResponderEliminarJuan Miguel.
Amigo Juan Miguel:
EliminarTe agradezco sinceramente tu amable comentario. Confío en que, en tu próxima visita, podamos prepararte un gallineta de Cabo de Palos, frita con ajos tiernos, pimientos del padrón y alguna patatita bien crujiente como le gustan a Javier. Para probar el “Poulet du dimanche”, ya tendrá que ser cuando estés en Madrid y te pases por LA BOMBA (http://www.labombabistrot.com/).
Un saludo,
Sebastián Damunt
Así, así es como me gusta a mi pasear por Cabo Palos, hacer foticos, respirar el aire, salino, disfrutar del día luminoso, el ambiente apacible... y si además se acompaña con un sencillo aperitivo o con una deliciosa gallineta, mejor que mejor, siempre elaborada en las cocinas de La Tana
ResponderEliminarBesicos Sebastián, siempre sabes dar una nota de distinción con los vinos y por supuesto con estas entradas llenas de conocimiento y sabiduría.
Amiga Mary Carmen:
EliminarTus visitas al Paseo de la Barra siempre dejan huella. Descubriste que nos gusta ver pasar las naves y al momento nos dejaste un recuerdo en tu ventana para que, si sentimos añoranza, solo con PINCHAR , contemplemos su ir venir.
Por mi parte, acabo de recibir PLANETA VINO , y ya estoy seleccionado uno para tu próxima visita.
Un saludo,
Sebastián Damunt
Pues yo no podría solo con una o dos olivas de esas que llamas astringentes, porque esa ensalada, tan de nuestra tierra, es un auténtico manjar. Y el toque amargo de la oliva partía, como la llamamos en esta casa, es imperdible.
ResponderEliminarComo siempre, es un placer leerte, porque es como dar un apacible paseo por esa orilla del mar tan increíble. La Tana es una ventana que siempre me encanta.
Un abrazo
Amiga Viena:
ResponderEliminarCoincides con Dionísio en el interés por las “partías”; no permite que se le escape una. Tienen un sabor violento que es adecuado comiendo blanco murciano, jamón, longaniza, morcilla y demás alegrías de La Venta de la Virgen del Puerto de la Cadena con un vasito de vino del Campo de Cartagena. Para la vitrina, mejor el paladar fino.
Un saludo,
Sebastián Damunt