Antonio Capel

Octubre, con un clima casi veraniego, pero el color del agua ya ha cambiado. Es un azul diferente.

El sábado pasado nos visitó Antonio Capel, autor de la La rumba que llegó del frío. Seguro que está preparando algo nuevo. No olvidemos que sus trabajos forman ya una pequeña lista:

* A sus pies… Tertulia con un podólogo. Murcia, 2008

* La rumba que llegó del frío. Murcia, 2009

* Aterrizaje a traición. Murcia, 2010

* La maldición del Teatro Romea y otros dos relatos breves. Murcia, 2012

* Diabetes, clasificación psicosocial. Murcia, 2013

Dionisio asistió a un banquete de boda de unos amigos que se celebró en La Manga Club. Al día siguiente nos comentó que todo había funcionado perfectamente y estaba dispuesto a repetir a la primera ocasión.

Pero quienes sí hicieron doblete fueron precisamente sus amigos. Al día siguiente se presentaron para tomar un “arroz negro”, que también tiene sus seguidores. En la mesa familiar vemos dos sillas vacías que corresponden a la pareja de recién casados quienes, al parecer -¿por qué será?- van algo retrasados…

Quien no se retrasa es nuestro amigo Bartolo, que con su barco El Sirio, recién modelado, no para…

Vitrinas surtidas y dispuestas, pues sabemos que a nuestra amiga Viena -500 seguidores- le encanta repasar los diferentes modelos que manejamos.

Tendremos que pedirle que nos sorprenda desde su blog con alguna de sus maravillosas recetas. No vamos a copiar la frase de Ángel León: “Vais a cocinar la mitad de mi vida, una caballa”. Nosotros nos conformamos con que nos prepare un platillo con alguno –o algunos- de los frutos del mar que aparecen en la vitrina. ¡Sería un Master Viena!

A pesar del calor, estamos en otoño y las setas –níscalos-    van apareciendo. A la plancha o al ajillo –tenemos poca práctica- a la hora del aperitivo, se toman sin problemas.

Para el gallo pedro tampoco tenemos muchas recetas. La sugerencia oficial es frito –muy frito, crujiente-, aún a riesgo de pasarse y, si bien los extremos, espinas, cabeza y demás, resultan de un sabor tostado y penetrante, los centros del pescado quedan excesivamente hechos y algo astillosos. Pero con el Shaya –verdejo- fresquito que nos tocaba de cata, las mollas secas se rehidrataron sobre la marcha…

Los Amigos de La Tana, sentados en el Paseo de La Barra, se rehidratan y restauran en una atmósfera y ambiente agradables.

Hace unos días leí en La Verdad que había tenido lugar una reunión de empresarios emprendedores de La Manga en El Palmero, lo que me permitió descubrir que estaba funcionando.

Noticia positiva que me alegra. Lo que vemos en su página nos descubre un planteamiento singular que nos asombra y nos hace manifestar nuestros mejores deseos. ¡Enhorabuena!