Cala Reona y Los Triolas
Amigos
de La Tana, decíamos la semana pasada que ya ¡casi es verano! Y es que, en realidad, el mes de Junio nos ofrece el estío. Habla de vacaciones, de San Juan, de San Pedro y
nos prepara para la playa. El Paseo
de la Barra se anima y nosotros también.
Los
pescadores se afanan en su tarea y Dionisio no para. A Javier le encantan los "sepionets"
que toma en sus viajes por Alicante, y comenta que estos de la foto son ya "sepias", en toda regla.
Extraordinarias para el "arroz
negro", con el que nos ponemos perdidos de tinta. Afortunadamente,
Javier tiene una selección de blancos
para probar, calificar y decidir si se quedan o no, que se no llevan toda la
tinta y nos quedamos contemplando los barcos.
Afortunadamente, los amigos que nos visitan, también prueban
y nos ayudan sugiriendo detalles
para mejorar, lo que siempre se agradece.
Antonio, nuestro
avistador de barcos estaba libre, pero el amigo "Pitu",
atento siempre, hizo la llamada:
-¡Titanic a vista!
Acudí corriendo con la
cámara y... todas las embarcaciones tienen
su encanto. A pocos metros de donde vemos a estos tres navegantes, es donde
suelen embarrancar quienes, distraídamente, usan este espacio para cruzar. Cuando
una embarcación enfila por ahí, enseguida gritamos
intentando advertirles del peligro de las rocas que no se ven. No lo hicimos en
el caso que nos ocupa, pues el calado
de la barca -seguro que Antonio, que está
en Barcelona según me han contado, me corregirá cuando vuelva si no uso bien
los términos náutico- no tiene problema en este caso.
Las vistas del Paseo de la
Barra, nos ofrecen siempre visiones originales. En este caso, de un navegante
con una embarcación con tripulante y pasajero, de menor calado incluso que la
que nos sorprendió hace unos instantes.
No sabemos si es que se
está informando sobre temas o rutas náuticas, pero si nos quedamos asombrados
viendo como maneja el remo y mantiene un equilibrio que a mí, solo se me ocurre
pensar en los segundos que tardaría en estar dentro el agua si ocupara el lugar
del pasajero.
Claro que, también nos
hemos dado cuenta que, cuando la ruta se inicia con vistas al horizonte,
abandona la posición de sentado y, como supongo no tiene chaleco salvavidas, se
coloca entre las piernas del navegante intentando -supongo- asegurar su
permanencia a bordo.
¡Buen
viaje!
Hablando de viajar, todos los días, cuando voy de La Manga a Cabo de Palos, antes de
abandonar la autovía, a mano derecha, señalando a una zona sin edificios, se ve
un letrero que indica: Restaurante Los
Triolas.
Los Triolas es un caserío situado a pocos metros de la autovía y donde, en tiempos, existió El Palmero, recuerdo -para mi- de otra época. Siempre me quedo con las ganas de visitar este local, y, con el apoyo de Javier, lo hemos organizado para hoy.
Aprovechando la escapada, Javier, que es un lince, me ha
acercado a Cala Reona, que es otra de las maravillas de la zona.
Parece increíble
que pueda existir, a día de hoy, un lugar tan maravilloso. ¡Fantástico!
A las 12.00 en punto estábamos en Los
Triolas dispuestos a conocer el local.
Estupenda cocina,
con sus brasas para asar
la carne y de la mano del jefe
vamos a dar cuenta de este
magnífico arroz de conejo y caracoles.
Las caras de asombro reflejan la sorpresa que nos supone esta bonita de paella, de tres porciones, que parece más bien para seis.
Las caras de asombro reflejan la sorpresa que nos supone esta bonita de paella, de tres porciones, que parece más bien para seis.
Amigos de La Tana, aperitivo en Cala Reona y arroz de conejo y caracoles -estupendo- en Los Triolas.
¡Esto
es el verano!
Así que embarrancan los barcos por ahí, y ¿no está señalizado? Porque debe ser una faena por los daños que hará en el casco de los barcos claro. Me han parecido super simpáticas las fotos del perrito navegante, se nota que no es la primera vez que está a bordo, se queda ahí quieto como un vigía jajaja, qué bonitas fotos Sebastián. Como impresionantes las raciones de arroz que os habéis zampado. Desde luego siempre lo digo, en esa zona, se come de lujo.
ResponderEliminarUn beso a toda la familia Tana.
Amiga Viena:
ResponderEliminarParece ser que si existe la señal, pero son muchos los que entran o salen por el lago equivocado y se les encalla el barco, con el consiguiente follón.
Cuando visites el Paseo de La Barra, tendrás que ver Cala Reona. Hay muchas calas y calitas en el Cabo, pero ésta es muy accesible y, de momento, está virgen. Exceptuando, claro está, el local de la foto. Y en la loma de detrás sí que hay algunas edificaciones.
Un saludo,
Sebastián Damunt