El lunes se inicia la
semana en el Paseo de la Barra, con
viento y con sol, y a los buzos los vemos
en la especie de golondrina en su
continuo ir y venir a lo largo de toda la semana.
Como quien no quiere la
cosa llegamos al viernes con sol y con algo menos de viento, pero que no
arredra a los visitantes.
Dionisio, siempre alerta,
ha controlado la llegada de Luis, el rey de los salmonetes, y yo creo que se ha hecho con todos los peces rojos que ha visto.
Enseguida se premia con alguna pieza, tal cual, sin aceite y solo un poco de sal y a la
plancha, poco hecho y ¡ñam, ñam!
Dionisio
ha
conseguido también hacerse con un enorme
bogavante recién desembarcado y, nada más llegar con él al Paseo de la
Barra, los Amigos de La Tana, Julio
y Julia, le han cortado el paso:
-¡Adjudicado!
Sabemos que el marisco –si es de Cabo de Palos más-
rezuma potencia y buenas sensaciones,
lo que ha demostrado su evidencia visto los acontecimientos.
De entrada, si fuera
langosta en lugar de bogavante, nos daría pié a pensar en el famoso “canto de sirena” y su poder de
atracción. Pero según vemos, el bogavante tampoco se queda corto, pues en pocos
instantes, ha sido capaz de, además de
ofrecernos –pura casualidad- los colores
de la bandera boliviana, abducir, o algo parecido, a nuestro vecino Busquets Junior, a quién de repente le
vemos a pie de bogavante, pues
resulta que es buen amigo de Julio y
Julia.
¡Primavera
en el Paseo de la Barra!
A finales del mes pasado
presenté el libro “Cocinar
con hierbas de muchas maneras” y me quedé intrigadísimo
con lo del “hinojo marino”. Hasta
una simpática receta seleccioné:
Tostadas con queso de cabra e hinojo marino
(Italia)
50 g de hinojo marino en vinagre
150 g de queso de cabra fresco
8 láminas de pan de molde
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Escurrir muy bien el hinojo. Tostar
las rebanadas de pan hasta dorarlas ligeramente. Todavía calientes, untarlas
abundantemente con el queso. Cubrirlas con el hinojo marino y servirlas de
inmediato.
La misma preparación
se puede hacer con queso Gorgonzola en lugar de queso de cabra fresco.
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Se me despertó el interés
por localizar la hierba –el hinojo
lo vemos con frecuencia en las orillas de las carreteras rurales- y leí atentamente las indicaciones:
Su
hábitat preferido son, pues, las rocas y los riscos más próximos al mar, las
olas y las tempestades. Pertenece a los pocos vegetales que necesitan de la sal
para crecer.
La
planta mide de 30 a 40 cm de altura y sus tallos y ramificaciones son gruesos,
carnosos y de color verde apagado, al igual que sus pequeñas hojas lisas. Los
brotes y los tallos tiernos –la parte comestible del hinojo- se recolectan en
primavera, antes de la floración, la cual se produce en pleno verano.
En mis recorridos desde el Faro hasta La Tana, me estuve
asomando a las calas rocosas por si
descubría alguna mata de hinojo marino,
pero sin resultado.
Se me ocurrió consultar “Plantas silvestres de la Península
Ibérica”, y cuando vi la foto del libro
Se me encendió la bombilla: ¡los árboles no me dejaban ver el bosque!
Todo
el camino del Faro hasta La Tana está completamente salpicado de este tipo de matas
No resistí la tentación de fotografiar lo que está frente a las matas de hinojo marino. No
se cómo se llama este pedrusco o islote, pero seguro que tiene nombre.
Arranque un par de ramitas y por la noche, en
casa, Pepita separó algunos tallos, los
hirvió y lo probamos con la verdura.
Satisfecha la curiosidad
del descubrimiento, la próxima
degustación será un tarrito de
los que vienen preparados, no fuera a ser que me convirtiera en el depredador de las bonitas matas, con su
florecitas amarillas, que adornan senderos y paseos de Cabo de Palos.
Hace unos
días, catamos SIERVA, de Bodegas Carchelo, y dejó tan buen recuerdo, iba a decir “a las narices”, pero yo creo que en La
Tana domina el paladar sobre el
olfato. El caso es que estamos haciendo sitio en la bodega para recibir alguna provisión de esta maravilla para
que no les falte, ni a los Amigos de
La Tana, ni tampoco a los que estamos con el tema…
Amigos
de La Tana; hinojo marino, salmonetes, bogavante y Sierva…,
eso si: ¡mirando al mar…!
Bon dia, Sebastián!
ResponderEliminarPor fin!! encontraste el hinojo marino:))
Me alegra el descubrimiento porque sabia que estabas intrigado:))
Los salmonetes espectaculares!
Pendiente lectura del post el libro edén.pe
Saludos,
Lo llaman la roca del pato, amigo Sebastián...
ResponderEliminarPreciosa entrada la de hoy, tu documentación siempre me parece excelente. No podías quedarte sin saber como se llama esa roca que según la hora del día se torna de distinto color. No te la pierdas al atardecer, su color entonces es espectacular, yo lo sé porque mi cámara me lo dice.
Besicos
Amiga Mari Carme:
ResponderEliminar¡Curioso nombre! Bien mirado, si podría parecer un pato con la cabeza a la derecha y la colita a la izquierda. Solo me falta saber si has probado el hinojo marino…
Un saludo,
Sebastián Damunt
Amiga Fina:
ResponderEliminarAhora me falta probar el que viene ya preparado, que es un encurtido.
Ya te comentaré el resultado.
Un saludo,
Sebastián Damunt
¡Madre del amor hermoso! -Cómo diría mi abuela: ¡Menudo bogavante! ¡Menudo bicho rico! No me extraña que acudiera el amigo Busquet, si es que el manjar estaba como para que hubieran acudido una docena de gourmets.
ResponderEliminarExcelente material, como siempre. Y sobre el hinojo marino, qué interesante. Yo estuve en Sevilla recientemente y probé las anémonas de mar, lo que siempre hemos llamado los fideos marinos, al menos en mi familia y sí, estaban buenísimas, con su rebozadito y todo. El hinojo este no lo he probado, claro, pero seguro que si sabe algo a mar, estará rico.
Parece que vamos a ir comiendo cada vez más cositas de estas, de las que nos pasaban desapercibidas. Y bueno, yo las prefiero a los insectos, que últimamente están recomendándonos comer jejeje. A ver si tardamos un poco en ir a por los insectos y nos vamos apañando con estos manjares que tiene el Mar para nosotros.
Un abrazo Sebastián.
Amiga Fina:
ResponderEliminarLas ortiguillas son también una especie marina que nos resulta original. Lo de fideos marinos tampoco está mal como definición.
Si a esto le añadimos las espardenyas, estamos ya confeccionando un menú marino exótico.
Tampoco yo me imagino con los insectos que comentas, claro que el hinojo de mar, no va más allá de una exploración. Me gustan más las gambas.
Un saludo,
Sebastián Damunt
Sebastián que me has cambiado el nombre en tus respuestas jajaja. Espero que a Fina no le importe, un desliz lo tiene cualquiera.
ResponderEliminarUn abrazo
Amiga Viena:
ResponderEliminar¡Que desastre! Iba a decir que “me estoy haciendo viejo” pero lo que en realidad ocurre es que “ya lo soy”.
Menos mal que no hay un problema grave. Se cuentan casos de enviar cartas con los sobres y direcciones cambiados que ocasionan terremotos pasionales.
Recientemente tengo el problema de que no recibo en el correo los comentarios de los blogs. Hasta le he escrito a tu amigo “Potro” de Blogger por si me ayudaba, pero parece ser que está de vacaciones.
Esto me obliga a repasar todos los días la cuenta de Blogger para ver si tengo comentarios, para poder contestarlos. Esto me complica bastante.
Bueno, no te pongo más escusas, pues sé que me disculpas el fallo.
Un saludo,
Sebastián Damunt