viernes, 30 de noviembre de 2012

Ha llegado un barco cargado de...




Esta semana que termina, las mañanas -y las noches más- han sido tranquilas. Hoy, el Paseo de la Barra lucía en todo su esplendor y los únicos seres vivos a la vista eran las gaviotas, los gorriones y algún gato atento, por si caso.

Pero de repente, cual milagro sorpresa, a las 12.30, y como por arte de magia, ¡la terraza llena!

Dionisio, ojo avizor, enseguida se ha dado cuenta y ha hecho sonar la alarma. El equipo de La Tana,  bien entrenado, ha abandonado los espaguetis a medio comer y ha salido corriendo para atender a los recién llegados.


-¡Son del crucero!, y van rápidos- Ha informado Ceferino.

A mí me ha recordado aquello que decíamos en el cole...



Y a la 13.00, ya estaban de marcha. Imagino que no querrían quedarse en tierra.



Que nos entretengamos con los mejillones y el arroz, dos cosas ricas, ricas, pero eso sí, de un negro subido, no tiene ninguna relación con eres, recortes, primas de riesgo ni otras historias de actualidad mediática.


Prueba de ello es que Javier nos ha preparado -tiene un toque especial- unas alcachofitas naturales fritas que están riquísimas y no tienen nada de negro..., bueno las manos hay que limpiarlas con limón para que no..., eso.


Afortunadamente, los fines de semana -la foto es del domingo pasado- el Paseo de la Barra se anima y hasta un barquito que otro nos visita.
   
Hemos abandonado el DICCIONARIO GASTRONÓMICO DEL SIGLO XXI, "FASHION FOOD", de Julia Pérez y José Carlos Capel, paro no secar la fuente, pero no por ello vamos a dejar de comentar cositas de por ahí, que siempre se aprende algo.


Solo empezar la semana, el lunes, y Ana Mellado ya consiguió sorprendernos con su información sobre

Se puede pedir hamburguesa, langosta o rollo de langosta. Los tres platos tienen el mismo precio, 20 libras (unos 25 euros)

Me encantan este tipo de inventos.

Ana Mellado nos cuenta en su reportaje:

"La popularidad es tal que los londinenses están dispuestos a apuntar sus nombres en listas de espera que alcanzan las cuatro horas, ya que una de las políticas del establecimiento es no aceptar reservas, excepto para grupos de más de seis comensales".






En Cabo de Palos no tenemos lobster roll -quizá con el tiempo- pero si el Arroz bogavante, que tampoco está mal.



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