A nuestro amigo Luis también le gusta el Paseo de La Barra, que este mes de septiembre ha tenido gran actividad de visitantes disfrutando del maravilloso colorido con sus tonalidades de azul que alegran la vista. Restando luz, dice Zacarías Cerezo, es lo que hace el pintor al papel para destacar volúmenes. En nuestro caso es al revés, la luz va destacando formas y colores.
Luis, según nos cuenta Dionisio, es el rey de los salmonetes. Pescado -entre otros muchos- emblemático de Cabo de Palos.
Nuestros Amigos de La Tana, se despidieron ayer -nos vistan con frecuencia- pues regresan a su país, y, aseguran, en el mes de mayo están de regreso. ¡Buen viaje y... hasta pronto!
Este paisaje que podríamos pensar que se trata de algún paraíso tropical, esta a una docena escasa de kilómetros del Paseo de La Barra, y es lo que se ve desde las habitaciones del Hotel Doblemar.
La directiva, como en años anteriores, después de la actividad veraniega han venido a visitarnos para catar el arroz, como no, y pasar un rato agradable en Cabo de Palos, donde está el faro, que, seguro, sin faltar un día, al final de La Manga, es la vista fija desde su perspectiva en el Doblemar.
Javier, experto catador, no alcanza los niveles de nuestro admirado Carlos Maribona, pero, poco a poco, lo va intentando.
Esta semana se le han juntado varias cositas, de diferentes artistas. Está la rodaja de dentón al horno con verduritas -asado estilo murciano-, que según parece gana adeptos entre los Amigos de La Tana. El pescado está fino de sabor, muy natural, y la verdurita exquisita.
Y ha aparecido también un pastel de puerros que, además de buen aspecto, se toma bien; delicado y sabroso.
Tenemos una nueva estrella en el equipo que intenta agradar con sus preparados a los Amigos de La Tana. ¡Tiempo al tiempo!
Tres rodajas de dentón al horno
Estas tres amigas sonrientes, no se han comido el dentón. Ha sido un caldero que, si nos fijamos en la foto -además de fijarnos en las protagonistas- vemos que se dio buena cuenta del arroz.
Un brindis por la amistad, a finales de septiembre, sentados frente al mar, es un buen momento a recordar.
Sebastián, a veces daría mi reino por una de esas recetas de La Tana con que nos seduces a través de tu blog.
ResponderEliminarEse pastel de puerros me ha cautivado absolutamente pero es que el denton, por favor, qué cosa más apetecible. Loquita, loquita me tienen los platos.
No me extraña que esté siempre lleno por ahí, yo que pudiera pasarme un domingo si y otro también.
Espero esa sorpresita que se desprende que nos tienes que dar en breve, esa nueva estrella que se sale, se sale con su brillo en estas fotos.
Un abrazo.
Amiga Viena:
ResponderEliminar(En mi correo tengo un comentario tuyo publicado en esta entrada, y, al intentar colocar mi respuesta, veo asombrado que no aparece. Desconozco el motivo, pero yo contesto a tu escrito)
Tu reino es mucho reino...
Tu último preparado, las "bolitas sin nombre", inspiradas en los colores del Otoño de Charo Marco, tienen un aspecto maravilloso.
En cuanto a las nuevas estrellas que señalas, hay que esperar a que en el cielo se vayan disolviendo las nubes y podamos observar su brillo.
Un saludo,
Sebastián Damunt
PD Ayer leía un entrevista que me gustó.
Sebastián, no sé qué pasó con el comentario pero me ha sucedido en algunos blogs más, que después de comentar, no aparece mi comentario y ni siquiera sé si lo recibieron o no. Son cosas de la informática, pero vamos, lo importante es que lo hayas podido leer, porque yo venía hasta aquí justo para dejar constancia de que había comentado y que no me pusieras falta jajaja.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ah se me ha olvidado decirte, he leído también la entrevista y me ha gustado.
ResponderEliminarOtro abrazo
Amiga Viena:
ResponderEliminarLa informática es algo maravilloso. Pero como ocurre con todo lo que es extraordinario, en el momento que menos te lo esperas, te quedas en el aire.
En cuanto a la entrevista, al leer eso de : "...es una viajera inquieta que recoge estilos culinarios y también da clases", en seguida me dije: ¿A quién me recuerda?
Un saludo,
Sebastián Damunt