Amigos de La Tana, los arroces son una excusa para reunir a las familias que nos visitan felices de poder hacerlo, por ellos, por el arroz y por El Paseo de La Barra, donde siempre -año tras año- son bienvenidos.
Agosto se acaba, el verano se consume, pero lo que no se termina es el gasoil. No se forman colas, pero casi. Desde el Paseo de La Barra vemos como todos los barquitos, con gran frecuencia estos días, se aparcan frente a Repsol. Pero que digo, ¡aparcan!. Aparcan no, que Antonio me corrige; atracan, amarran..., bueno, ya le preguntaré. Estoy algo verde con el léxico marino.
Sentados -que no aparcados- están estos amables Amigos de La Tana y de mi hija Josefina también, que han venido a degustar el arrocito, que confiamos estuviera en su punto.
Hasta a mi nieto Dieguito -ya tiene cinco años-, le mandan un saludo, pues le saben usuario del Colegio Primitiva López.
En los fogones vemos también al equipo que labora los arroces e incluso, nuestro gran Cañete, cual "Mourinho gastronómico", señala posiciones, cambios y movimientos, confiando en situarse el primero en la liga del Paseo de La Barra.
Empezando por la izquierda, vemos a RIAU (defensa), Carmelo, TATI, COLLANTE (delanteros) y Alfaro
Aprovechando que nos hemos embarcado en el tema deportivo, debemos señalar que nuestro Carmelo, que es algo así como el Jefe de Relaciones Públicas de Futbol Club Cartagena, le vemos, en compañía de Alfaro, entre las figuras del Club, que se han desplazado al Paseo de La Barra para celebrar una comida entre amigos.
Olmos, gran Amigo de La Tana -hasta un apartamento nos vendió en Murcia, tiempo ha, gracias a su inmobiliaria- ha querido reunirse con parejas amigas a tomar arrocito y buenos vinos, sentados todos frente al mar, en buena armonía y, esperamos, con el paladar agradecido.
Desde el ventanal de La Tana, se disfruta de buenas vistas marinas. Claro que si apuntamos hacia la izquierda, enseguida enfocamos EL PEZ ROJO, de nuestro amigo Pepe García, que con su maestría y bien hacer ha sabido conquistar sus buenos amigos.
¡Hasta Pérez-Reverte le menciona en sus novelas!
De todas maneras, en La Tana, lo de PEZ ROJO, no nos amilana y también tenemos colorido propio para hacer frente.
Además del rojo, gallo pedros, San Pedro en los libros. Nombre que les viene, según se cuenta, de que el mismísimo San Pedro tomo uno con la mano y le dejo la marca negra que vemos en la foto.
Como siempre, y confiemos en que por mucho tiempo, unos vienen -los barcos-
y otros van.
Nosotros nos quedamos, e incluso descubrimos lo que parece un mercadillo, pero no es más que un vendedor de relojes que ha conseguido una gran y momentánea expectativa.
¡Nos vemos en septiembre!