viernes, 21 de septiembre de 2012

Dentón a la plancha



Esta semana nos ha visitado un Amigo de La Tana, con su familia, y nos ha recordado que solía venir cuando era del tamaño del jovencito de la camisa azul.


Esto nos sitúa probablemente en la época de la bonita foto que nos ofreció Joaquín Prada. ¡Todo cambia!




¡Hasta la vitrina del expositor cambia continuamente¡, Dionisio no le da tregua. Salmonetes, quisquilla, calamar de potera -a la plancha están riquísimos-, lubinas del Mar Menor, lenguado y hasta un mero, que sin ser gigante, tampoco está mal.


Nuestros amigos han querido probar las gambas, y se les ve sonrientes, lo que nos hace pensar que han sido de su gusto. ¡No debemos fallar!


Javier le pidió a Laureano unas nécoras para probarlas y han resultado estupendas. Muy llenas, buen sabor y en su punto de sal. Claro que resulta un aperitivo entretenido, con mucho chupeteo, refrescando a menudo con el albariño Laureatus, y sin prisa.




Tres amigos seleccionaron un dentón de la vitrina y se les preparó a la plancha, con la intención de no enturbiar el sabor natural del pescado y, un poco a contracorriente, conseguí hacerle unas fotos de la maniobra.


Justo unos días antes, había visto un video, Jamie Oliver en el mar, donde nos explica unas curiosas recetas de pescados. En una de ellas, detalla claramente que es bueno poner los filetes de pescado por el lado de la piel en la plancha primero con la intención de que se dore y tueste la piel. Una vez alcanzado el punto de tostado indicado, se les da la vuelta y, en pocos momentos se queda hecho en su punto, con la piel crujiente y la carne jugosa.
En la próxima ocasión, probaremos.


Con la ayuda del

DICCIONARIO GASTRONÓMICO
DEL SIGLO XXI
"FASHION FOOD"
Julia Pérez _ José Carlos Capel

iremos descubriendo términos, vocablos y frases, más o menos exóticos, para estar al día

FASHION FOOD, página 55


Black cod

Nombre anglosajón del bacalao negro, un pescado fashion que el cocinero japoamericano Nobu Matsuhisa puso de moda en Nobu, su restaurante de Nueva York, del que es socio Roberto de Niro y que año tras año aparece en cabeza entre los favoritos de las celebrities. La receta que le ha dado fama consiste en marinarlo en pasta de miso mezclada con mirim y sake antes de asarlo en el horno. A pesar de su nombre, no pertenece a la familia de los bacalaos, pues según los zoólogos es un Anoplopoma fimbria. Los americanos lo llaman sablefish o butterfish (que en español se traduce literalmente como "pez mantequilla") y los japoneses -sus más devotos consumidores- lo denominan guindara. A partir de ahora, con cualquiera de estos nombre lo podemos encontrar en las cartas de los restaurantes (ante tanta sinonimia se impone llevar un diccionario en el bolsillo).
Es un animal grande y de aspecto temible que vive en aguas profundas, a más de 200 metros. Se acerca a la orilla y la superficie para desovar. Su carne tiene una textura muy especial, tersa y suave a un tiempo, que desata filias y fobias. Ricardo Sanz (Kabuki) lo prepara acompañado con pisto y pil-pil. Joaquín Felipe (Europa Decó) lo convierte en unas modernas pavías al curry.



Bacalao negro (Anoplopoma fimbria) salvaje fresco capturado en el océano Pacífico


4 comentarios:

  1. Aunque no comente les sigo cada vez que publican algo.
    Un pescado bien pasado por la plancha y si ya es a la brasa, una delicia para el paladar.
    Que pasen un buen día.
    Saludos

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  2. Amigo Apicius:
    Le agradezco su comentario, que ya es como una medalla par el blog.
    Nuestra cocina es muy elemental y se apoya en la calidad del producto –pescado recién capturado- y en el arroz caldero que es una especialidad local.
    Un saludo,
    Sebastián Damunt

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  3. Qué sorpresa Sebastián que recibas al maestro Apicius, a quien desde aquí le voy a hacer ya mismo, la proposición de que vayamos juntos a conocer La Tana, cuando venga la próxima vez por Alicante ¿que te parece? Sería la bomba, además, sabiendo como cocina, te aseguro que el material de La Tana le encantaría, vuestros platos son de primerísima calidad. Lo sé yo, que entiendo de eso y me muero por probar ese caldero.
    Y bueno, Sebastián: Cómo me gustan las fotos de esos peces, el mero me ha recordado nuevamente mi época de pescadora ¿sabes que llegué a ser una experta en sacar meros con caña? Si, si, como se lee, con pie de acero y una sardina, aquí una servidora ha sacado meros del agua de más de dos kilos y los pescadores sabrán la faena que es eso, porque se enroca y ahí te quiero ver. Llegué a simbiotizarme con el mero de una forma, que entablábamos un duelo, cada uno desde un extremo del sedal, él en su roca, en su medio, yo, caña en mano, en el mío. Solía sacarlos, cuando ganaba, después de un buen rato. Alguna vez con la sorpresa de que en vez de mero era morena y había que andar con cuidado.
    Ya pasó esa época, ahora me he vuelto sensible hacia su vida y no me gusta matarlos, mucho menos de tan poco peso, pero comerlos, por dios que un mero de esos sabe a gloria.
    Tengo que agradecerte el regalo que es ver tu restaurante y todo lo que nos compartes.
    Un beso.

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  4. Amiga Viena:
    El verano de 2006, cuando empecé a revolotear con los blogs y me atreví a crear Libroscocina en La Verdad, Apicius era ya el maestro indiscutible de los blogs de gastronomía y en ocasiones lo visitaba con el ánimo abierto para intentar aprender.
    Recuerdo que gracias a tu Pastel para La Tana , donde les indicabas a tus amigos la existencia del Paseo de la Barra, nos visitó -además de muchos de tus amigos- Apicius, consiguiendo emocionarme. Pero que transcurrido un año nos comente amablemente que nos sigue, ya es como recibir un importante galardón.
    Estaré encantado si os animáis a venir y como puedes suponer intentaré por todos los medios no defraudaros. Aunque siempre me queda la confianza de que, si hubiera algún fallo, seríais indulgentes.
    No me sorprenden tus capturas, pues después de haber leído sobre tus aficiones marinas, viajes y demás actividades, creo que con una caña serías capaz de sacar hasta una ballena si hiciera falta... (es broma).
    Sé que has encontrado algo de Picasso en tu taller y cuando venga al Paseo de La Barra, confío en que el eccehomo no salda excesivamente desfigurado. ¡O a lo mejor también!
    Un saludo,
    Sebastián Damunt

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