Miércoles, 6 de mayo

Tenemos programada para esta mañana, la visita de Muga, con la finalidad de comentar las cualidades de los vinos de esta bodega y algunos detalles para mejorar los conocimientos sobre los mismos del equipo de La Tana.
Para ir entrando en materia, se me ha ocurrido consultar la página de la bodega y –entre otras cosas- me ha sorprendido que tengan todos los vinos en madera, según nos informa Isacín Muga en su presentación.
He descubierto también dos videos –podemos verlos pinchando en los nombres- de Jorge y Manu Muga.

Jorge Muga
“Introducción a la cata”
Finalmente nos ha visitado Manu Muga, y nos ha ofrecido una charla estupenda sobre la historia de la familia Muga y su orgullo por su producto que, gracias a la calidad, merece el favor de una gran mayoría de consumidores.




Satisfecho de su visita, nos ha invitado a visitar Bodegas Muga, de lo que tomamos buena nota para intentarlo a la primera ocasión disponible.

Lástima que Manu Muga –tenía citas concertadas- no ha podido quedarse a probar las cositas de La Tana, como por ejemplo, estos lomitos de dentón de Cabo de Palos al horno con verdurita… ¡Sensacional! Eso sí, con un Muga blanco bien fresquito.
Amigos de La Tana, ¡os esperamos!
Querido Sebastián, me ha encantado la entrada sobre la visita de Muga a La Tana. Mis familia es originaria de Haro, el pueblo riojano de los Muga, y conocen a la familia. Allí veraneaba de pequeña y hace varios años tuve la suerte de visitar las bodegas de Muga. La degustación fue maravillosa, y verdaderamente hacen unos de los mejores vinos del mundo entero.
ResponderEliminarAbrazos desde Cincinnati,
Maria Paz
Amiga Mari Paz:
ResponderEliminarSiempre me alegran tus comentarios. Lo Amigos de La Tana te agradecemos la visita. Espero poder ofrecerte un fresco y agradable rosado de Muga, 2008, en tu próxima visita, para acompañar el aperitivo de la cositas de por aquí que tanto te gustan.
El otro día, vi un episodio de Antony Bourdon, en un viaje a Camboya, donde estuvo rebuscando hasta conseguir un “durián”, para poder saborearlo, a pesar del “olor” que desprende. Lo del durián me recordó tus notas viaje.
Un saludo,
Sebastián Damunt