viernes, 15 de octubre de 2010

Doblemar

 

Domingo en medio del puente, bastante animado por cierto, y con tiempo aceptable.
Amigos de La Tana, el Paseo de la Barra en su salsa; barcos, catadores, paseantes y medios de transporte, a la vista.


Frutos del mar, dispuestos y a la espera. Gallo pedros y gallinetas, los bocados más finos de la costa.


Y los barcos que nos visitan, siempre majestuosos y elegantes. ¡Qué envidia!


Envidia nos dio también el equipo directivo del Doblemar, Amigos de La Tana y buenos gourmets, el miércoles pasado cuando nos visitaron. Grupo que irradiaba alegría, bien hacer y bien estar, según vemos en la imagen.
Quise recordar la visita con una foto, pero -sería la emoción- no me funcionaba ni la cámara.




Intentando mejorar y para evitar el contraluz, me situé en el lado opuesto y ahí si podemos ver -es un decir- la otra cara de este grupo de expertos que nos han premiado con su presencia. 


Lo de "Doblemar" ha sido como si una máquina del tiempo me transportara al pasado -hacia el futuro no funciona- y me recordara vivencias de cuando en 1980 era el responsable -como empresario- del Restaurante del Casino. No hice saltar la banca, y casi, casi, tuve que salir dentro de un barril como único traje. Los recuerdos, buenos y malos, siguen vivos y no nos abandonan fácilmente.


Los que tampoco se olvidan de visitarnos, para comprobar si el punto del arroz sube o baja, son los Amigos de La Tana que aparecen en la foto. El Paseo de La Barra entusiasma en general para comer al aire libre,  pero, los "de toda la vida", como suele decirse, prefieren  mantener fresco el recuerdo del rincón junto a la entrada y degustar el arroz previamente encargado, con el fin de llegar en el momento justo, a pesar de que Dionisio -según cuentan los amigos- les recomienda siempre hacerlo con quince minutos de antelación para que les dé tiempo a aparcar, localizar mesa y, si tercia, tomar unas gambitas a la plancha en el intervalo. ¡Sabios consejos del maestro!
  

Los barcos que vemos entrando  -dos en la foto- seguramente también intentan llegar a una hora concertada para disfrutar del merecido reposo, después del paseo marítimo y con el apetito dispuesto para afrontar cumplidamente desde un menú degustación en el lugar de su preferencia a el banquete familiar en el jardín.



Hemos recibido a Jordi Pardos, director de ventas de GRIMAU DE PUJADES,  quien de la mano de Enrique Nicolau, distribuidor -y gran Amigo de La Tana- nos ha visitado.
Suponemos que Dionisio, fruto de la entrevista, habrá concertado algún evento con los cavas de esta selecta bodega, prebenda de la visita, para goce y disfrute de Los Amigos de La Tana.


Color: Amarillo pálido brillante con reflejos paja, desprende burbuja fina y tiene una corona persistente.

Aroma: Muy aromático, aromas mezclados de notas tostadas fruto de la evolución en contacto con las levaduras y frutales derivados de la presencia de las variedades con la que se elaboró.

Gusto: Buen paso de boca suave y elegante, es potente con cuerpo y consistencia. Su larga crianza le proporciona un sabor delicado y una excelente acidez, manteniendo la frescura que lo hace un cava muy personal y distinguido.


Amigos de La Tana, dorada y gallineta de Cabo Palos, maridan estupendamente con Grimau, y, cuando menos nosotros, intentaremos probar, para dar fe de ello.
Ya os contaremos ...




2 comentarios:

  1. Sebastián, magnífica entrada. Tienes un blog de categoría.
    Quería comentarte que he puesto tu fotografía en el Thornton Club.
    Como lo he hecho sin tu permiso vengo a disculparme y de paso a pedir tu autorización. Si no te agrada sólo tienes que indicármelo y la retiraré al instante.
    La he puesto porque te considero un personaje de Cabo de Palos, con la categoría de "Clásico", y porque presumo de ser ya amigo tuyo.

    Un abrazo.

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  2. Amigo Thornton:
    Tus comentarios son siempre como una gotita de miel.
    Ayer se me ocurrió repasar Thornton Club y leí tu entrada de Johne Donne y algunos de los comentarios. En estos temas, a lo único que alcanzo sería a sumarme a las opiniones de Cabopá, que no se pierde ninguno de tus posts. Pero luego pienso aquello de: "lo bueno, si breve, dos veces bueno", y me abstengo.
    Descubrí con sorpresa y alegría, la foto que me hizo mi hijo hace ya un motón de años, en el cuadro de honor de Thornton Club. Menos mal, pensé, que ahora ya casi ni me parezco, pues el paso de los años no perdona. Y hablando de años, tu entrada de hoy, viene a echarnos una mano a los mayores.
    Como dice Cabopá: Eres genial.
    Un saludo,
    Sebastián Damunt

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