Sábado, día 31
Hace unos días, en La Manga, a la altura del Monte Blanco, a la caída de la tarde, a esa hora que ya van destacando estas maravillosas puestas de sol de las que disfrutamos por esta zona, oímos un grito fuerte, casi un chillido, que nos hizo girarnos:
-¡Adiós Sebastián!
Vimos un ciclista que se deslizaba cuesta abajo, a toda velocidad, con la cara vuelta hacia nosotros, sin que pudiéramos adivinar de quién se trataba. El único ciclista que conocemos es Pedro, pero desde luego no era él.
Finalmente, descubrimos la identidad del misterioso corredor. Nos lo dijo él y me sorprendió. Alfaro, ahí le vemos en la foto, que parece que está preparado para el “tour”. Es un gran Amigo de La Tana.
Lo que no termino de comprender, es si esta nueva afición le ha venido por el deseo de mejorar su estado físico, presionado quizá por Correos –es funcionario y a tenor de los tiempos que corren…-, o simplemente un nuevo hobby.
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