Carmelo nos visita a menudo. Es un gran Amigo de La Tana. Bueno, más que amigo, es un pionero. Cuando yo aterricé de refugiado en La Tana, Antonio y Carmelo eran los gurús del local.
Ya en aquella época, me encantaba escucharle cuando hablaba. Sigue igual. Cualquier comentario suyo, sea del tema que sea, es como si nos hablara el oráculo. Sus expresiones –sin ser rebuscadas, sino todo lo contrario- nos transmiten la sensación de irrefutables.
Hoy, casi un cuarto de siglo después, sigue entre nosotros, aunque sea de visita. Es un personaje conocido y estimado en Cabo de Palos. En invierno, cuando se acercan las navidades, todos intentamos conseguir los famosos cordiales de Carmelo. Los de Torre Pacheco lo son , pero en Cabo de Palos tenemos los de Carmelo.
Su hobby son los delicatessen dulces: tartas de turrón, de queso, tarta de arroz con leche.. Cualquier postre que le menciones, ya está probando y practicando. Su última creación, según me han informado, son unos “cuernos de hojaldre con nata”. Los afortunados que han conseguido probarlos, dicen que son ríquísimos.
No podemos olvidar que en su día creó el CARMELITANO. Los Amigos de La Tana, suelen pedirlo y, casi siempre, aprovechan para recordarnos la época de Carmelo. ¡Qué tiempos aquellos!
El CARMELITANO,
es un asiático
con una nube de nata encima.
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